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Testimonios

Ser Hija de la Caridad es: Entregarse a Dios por completo. Comprometerse a una vida en castidad, pobreza y obediencia según nuestras Constituciones y Estatutos. Servir a Jesucristo en los más pobres, corporal y espiritualmente.

Ser Hija de la Caridad es: Cultivar un espíritu de humildad, sencillez y caridad. Trabajar con y desde la Iglesia, en comunión y colaboración con otros y otras. Sentir y vivir la oración y celebración de nuestra fe como fuente de toda acción.